Utilizará la Iglesia católica en BCS todos los medios posibles para dar comunión a sus fieles
La Paz.-El obispo de la Diócesis de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz, emitió un decreto dirigido a los presbíteros y a todo el pueblo sobre el acceso a la comunión y a la reconciliación con Dios durante esta larga cuarentena.
Tras la consulta al Colegio de Consultores, se tomó la determinación de que todos los párrocos, cuasi párrocos y rectores de los templos, hagan accesible la comunión sacramental, valiéndose de todas las alternativas posibles, por tanto:
-Fuera de la hora de celebraciones y por las noches, los templos deberán permanecer abiertos y los sacerdotes y/o ministros extraordinarios dispuestos a dar la comunión a quien la solicite, pero siempre en la mano y lavándose ellos previamente las propias.
-Nombras e instituir ministros extraordinarios emergentes para llevar la Eucaristía a los fieles durante el tiempo que dure la cuarentena. Incluso podrán instituir como tales a jóvenes bien preparados, teniendo en cuenta que los ministros extraordinarios mayores de 60 años o vulnerables por cualquier otra causa no deberán ejercer su ministerio durante la misma.
-Permitir a las familias que lo solicitan, llevar y resguardar semanalmente en sus hogares las formas eucarísticas necesarias para comulgar durante cada semana. Para ello los sacerdotes deberán advertir, incluso por escrito, las normas para el debido resguardo, respeto y distribución de la Eucaristía y sobre las penas en que pueden incurrir si la profanaran o llegaran a permitir que se profane.
De la misma forma, señala el decreto que la cuarentena ofrece tiempo libre para orar y meditar las Escrituras, y presenta múltiples oportunidades para ayudar con sus bienes y talentosos a los más vulnerables, y a los que en esta pandemia sumirá en una pobreza más generalizada y aguda, “cuyos gritos y lágrimas clamarán al cielo”.
Pidió a los sacerdotes, religiosos y fieles convertir este mal en bien, revisando la forma egoísta de vivir, acercándose más a Dios y consolidando la comunión caritativa y fraterna, ayudando a todos, pero principalmente a los más vulnerables y pobres, los ancianos, los desamparados y los desvalidos.
A los laicos católicos les suplicó que no dejen de ayudar y sostener a sus sacerdotes, a los pobres, a los más necesitados y vulnerables, con su oración, su apoyo moral, su servicio voluntario y su ayuda económica en efectivo o especie