Un Día sin Nosotras se vivió de manera “normal” en La Paz
La Paz.-El Día sin Nosotras fue más un día de asueto cualquiera que una manifestación en contra de la discriminación, la desigualdad y la violencia hacia las mujeres.
Salvo la marcada ausencia que se vio en oficinas públicas, en el resto de la ciudad todo siguió igual: mujeres comprando, mujeres despachando, mujeres vendiendo, mujeres esperando el camión, mujeres atendiendo el hogar y mujeres disfrutando.
Existía la curiosidad por saber cuál sería el comportamiento de las mujeres en este día arrebatado a la estructura oficial, y no distó mucho de la realidad cotidiana.
El llamado de las promotoras de la iniciativa fue de no ir a trabajar, a la escuela y realizar cualquier actividad habitual, como ir de compras, a divertirse o a convivir con los demás.
Sin embargo, en La Paz, las que no acudieron a trabajar, salieron a comprar, a desayunar o entretenerse con la familia.
El 9 Ninguna se Mueve, hizo que las féminas se movieran como cotidianamente lo hacen, sin mayor modificación en sus hábitos y en base a sus posibilidades y necesidades.
Así se les pudo ver en las oficinas de gobierno, hoy atendidas mayoritariamente por hombres, realizando algún trámite o gestión, porque los compromisos oficiales no saben de desigualdades de género.
Pocas, muy pocas estuvieron laborando en las instituciones. Su ausencia limitó el ambiente laboral cotidiano y la eficiencia del trabajo. Sus risas, animadas pláticas y por supuesto, su belleza, se extrañó.
Ya en la calle, había necesidades que cubrir y obligaciones que cumplir. Por ahí se pudo ver, como siempre, a una encuestadora del INEGI, a una mujer policía, a una vendedora de dulces y empanadas, a la invidente que canta afuera de una tienda y a muchas mujeres más, en el ajetreo de la vida.
En los supermercados y tiendas, hubo mujeres trabajando. Estuvieron las cajeras y hasta las “cerillitas”. Tal vez no todas, pero sí una buena parte.
El transporte público no tuvo mucha demanda este 9 de marzo, porque las mujeres son la principal clientela y no todas salieron de sus casas. Hubo las que si pararon, porque no se pararon temprano. Disfrutaron de un días más de descanso.
Situación particular ocurrió en las escuelas, donde de acuerdo al Secretario de Educación, se trabajó parcialmente; es decir, aulas con maestra mujer, no tuvieron actividad, aunque esto no ocurrió en todos los casos.
Pero no faltaron los directivos que mejor optaron por suspender clases, porque alumnas mujeres no asistieron y los grupos quedaron en minoría. O bien profesores hombres, que se “solidarizaron” con sus colegas.
Fue común ver a estudiantes caminando por las calles, entreteniéndose en plazas comerciales o en el malecón, porque de último momento les dijeron que mejor se fueran a sus casas.
En restaurantes y cafés, se pudo ver a mujeres, que usualmente, en este día están trabajando, ahora disfrutando de un desayuno junto a amigos o familiares.
Y así, esta movilización de mujeres, con motivo del Día Internacional de Mujer, hizo un San Lunes distinto; un tanto extraño, pero que terminó siendo una extensión del domingo, que se recompondrá a partir de este 10 de marzo, cuando todo vuelva a la normalidad. (Por: Arturo Nieves).