El trueque, forma en LA que muchos han sobrellevado la contingencia en BCS
La Paz.-Durante la actual pandemia del Covid-19, el trueque se ha constituido en una novedosa forma de hacerse de alimentos entre aquellas personas que han perdido sus ingresos, debido al resguardo domiciliario.
Dado que el apoyo gubernamental y de algunas organizaciones y ciudadanos, no ha sido suficiente, muchas personas han tenido que recurrir a otras formas para obtener alimentos.
Una de ellas ha sido el trueque o el intercambio de productos, donde han prevalecido los víveres, al carecerse de los recursos económicos que permitan ir a surtir la despensa al supermercado.
Este esquema de transacción se está dando principalmente en el sector de ciudadanos que se ubican entre la clase baja y la clase media; es decir, aquellos que en determinados momentos pueden encontrarse estables en sus finanzas familiares, pero que ante imprevistos como el de la pandemia, quedan indefensos económicamente.
Curiosamente este sector es poco atendido por las autoridades, ya que la prioridad son los que menos tienen; es decir, los que viven en la pobreza o la pobreza extrema.
Sin embargo, recurrir al trueque no es nada fácil, debido a cuestiones de seguridad, confianza, calidad, cantidad, y en ocasiones, el más importante, tener que desprenderse de algún bien preciado para cambiarlo por comida.
Las redes sociales están jugando un papel primordial en este esquema, ya que ha sido por ese medio como se han establecido los contactos entre los ciudadanos, incluyendo la conformación de grupos exclusivos para “truequear”, como se dice ya en el argot del intercambio.
La modalidad no es nueva, porque hay grupos que ya existían para ese fin, pero hoy se ha reconfigurado hacia la parte alimentaria, que antes no era muy recurrida y hasta se consideraba inexistente.
Y así, mientras en las redes sociales algunas personas gustan compartir cortes finos, platillos típicos y variados antojitos que degustan en el día a día, por otra parte, muchos luchan por conseguir qué comer con lo que puedan intercambiar.
Por eso, es posible ver algunos grupos de redes sociales, donde a cambio de leche, pan, huevos, enlatados, café, frijol, arroz y azúcar, entre otros productos básicos, se entregan libros, maquillajes, películas, zapatos, ropa, juguetes, enseres domésticos, todo ello, tanto nuevo como de medio uso.
“Yo estoy bien truequeando, el que me va a matar es mi marido”, comenta en broma una participante de este antiquísimo sistema de comercio, y explica que su esposo cada vez ve menos cosas en casa y lo cuestiona, aunque con la barriga llena.
Algunos mensajes que se pueden ver en el Facebook son: “intercambio cafetera nueva por tres latas de atún, tres litros de leche, un pan Bimbo, papel de baño y un litro de cloro”, o bien “platos y vasos a cambio de 2 litros de leche y un kilo de azúcar”.
Desde luego que no faltan los que cambian un teléfono celular por una gran cantidad de artículos de limpieza, aseo personal y alimentos. Así también, ha cambiado de mano la botella de vino de colección, uno que otro regalo de la pasada Navidad y hasta el reloj del abuelo.
Pero como dicen algunos truequeadores, esto es cuestión de suerte o de tino con el producto que se ofrezca a cambio de víveres, ya que no todos son afortunados a la primera o a la segunda, y también depende el grupo o el espacio en que se mueva la propuesta.
Otro problema de este sistema, es que nada es para siempre, y los productos a intercambiar se agotan en casa y cada vez es menos la posibilidad de poder ofrecer algo a cambio de alimento.
Por eso, al igual que para muchos, la esperanza es que se reactiven más sectores, como ya lo han anunciado las autoridades, porque que de lo contrario, como dijo una persona en un grupo, no sabemos si en tono de broma o en serio: “ni modo que ofrezca a mi marido, aunque no me darían ni un kilo de frijoles por él”. (Por: Arturo Nieves).